En promedio, las mujeres se enfrentan a un riesgo de 11% de perder su empleo debido a la automatización, comparado con el 9% para los hombres. Si bien muchos hombres están perdiendo su trabajo a causa de la automatización, estimamos que 26 millones de trabajos que hoy ocupan mujeres en 30 países enfrentan un alto riesgo de desaparecer en los próximos 20 años ante los avances de la tecnología. Nuestros resultados indican que los trabajos realizados por mujeres tienen una probabilidad de automatización de 70% o más. Esto se traduce a escala mundial en 180 millones de puestos de trabajo ocupados por mujeres.
Debemos comprender el impacto de estas tendencias en la vida de las mujeres si pretendemos llegar a la equidad de género en el lugar de trabajo.
Oportunidades y desafíos
Las mujeres actualmente están subrepresentadas en campos donde el empleo está creciendo, como la ingeniería y la tecnología de la información y las comunicaciones. En el sector de tecnología, las mujeres tienen un 15% menos de probabilidades que los hombres de ser gerentes y profesionales, y un 19% más de ocupar funciones administrativas y de servicio más rutinarias, lo que deja a las mujeres ante un alto riesgo de ser desplazadas por la tecnología.
Políticas que funcionan
Los gobiernos deben poner en práctica políticas que promuevan la igualdad de género y el empoderamiento en la cambiante escena laboral:
Ofrecer a las mujeres la posibilidad de adquirir las aptitudes necesarias. Invertir cuanto antes en la participación de las mujeres en el campo de las ciencias, la tecnología y las matemáticas, como el programa Girls Who Code en Estados Unidos, junto con el mentoreo entre pares, puede ayudar a quebrar los estereotipos de género e incrementar el número de mujeres en campos científicos. Las deducciones de impuestos para la capacitación de personas que ya forman parte de la población activa, como en los Países Bajos, y las cuentas individuales transferibles para aprendizaje, como en Francia, podrían contribuir a eliminar los obstáculos al aprendizaje permanente a lo largo de la vida.
Cerrar la brecha digital de género . Los gobiernos tienen un papel que desempeñar realizando inversiones públicas en infraestructura de capital y garantizando la igualdad de acceso al financiamiento y la conectividad, como en Finlandia.
Facilitar la transición para los trabajadores. Los países pueden apoyar a los trabajadores en el proceso de cambio de trabajo debido a la automatización, mediante capacitación y prestaciones que estén vinculadas a cada persona y no al puesto de trabajo, como las cuentas individuales de capacitación que existen en Francia y Singapur. Los sistemas de protección social deberán adaptarse a las nuevas formas de trabajo. Para hacer frente al deterioro de la seguridad de los ingresos asociado al rápido cambio tecnológico, algunos países podrían considerar la posibilidad de ampliar las pensiones no contributivas y podría justificarse la adopción de ingresos básicos garantizados.
La automatización está transformando el mundo, y con ello surge la necesidad urgente de nivelar el campo de juego para hombres y mujeres. En NVB, apoyamos la automatización no solo como un avance tecnológico, sino como una herramienta para impulsar la equidad, la inclusión y un futuro en el que el talento y la innovación no tengan género.